jueves, 5 de junio de 2014

Moniciones del Domingo de Pentecostés

DOMINGO DE PENTECOSTES 8 de junio 2014



MONICIÓN DE ENTRADA
Recibid nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía del Domingo de Pentecostés. Vamos a asistir a un milagro prodigioso: unos atemorizados e ignorantes pescadores se convierten, por inspiración del Espíritu Santo, en eficaces misioneros. Pedro lanza una predicación con una fuerza y autoridad inusitadas. E inicia, con ello, la misión permanente de la Iglesia: llevar la Palabra de Dios hasta los confines del mundo. Con Pentecostés terminamos un largo camino que hemos recorrido juntos… Hemos vivido con emoción la Cuaresma, el Triduo Pascual, la Pascua, la Ascensión… Todos –hoy—debemos estar dispuestos a llevar la enseñanza vivida en esos días santos –la Palabra de Dios—hasta los confines de la tierra. Es lo que hacen muchos seglares lanzados a la evangelización en sus ambientes. La Iglesia celebra hoy el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. Los laicos, gracias al Espíritu, tienen su importantísimo lugar dentro de esta Iglesia nuestra que es fundamentalmente misionera, gracias a la ayuda e influjo del Espíritu Santo. Iniciemos, pues, con la máxima alegría nuestra celebración que transciende la presencia del Espíritu.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La primera lectura, sacada del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos narra la llegada del Espíritu Santo y la sorpresa que supuso para todos. Hoy deberíamos sorprendernos tanto como ellos de ese Espíritu que llega a cada uno de nosotros. Ya no estamos solos, el Espíritu de Jesús vive y actúa en cada hombre. Esto ha de movernos a llevar, sin miedo, el mensaje allí donde nos encontremos.

S.- Este salmo 103 es uno de los más extensos del salterio y es un himno jubiloso a la fuerza de Dios, por la que ha creado el mundo y todo lo que existe. Para nosotros, hoy, tiene enormes resonancias respecto al Espíritu Santo. El versículo 30 es el utilizado como verso responsarial. En el salmo está presente el aliento de Dios, su soplo creador, que es un bello sinónimo para el Espíritu.

2.- Esta responsabilidad es para todos, como dice la segunda lectura, de la Carta de Pablo a los fieles de Corinto, somos miembros de un único Cuerpo, bautizados en un mismo Espíritu y cada uno tendrá que responder de su tarea.. Pentecostés no es una cosa de ayer. Tenemos cada uno que vivir nuestro Pentecostés.

Secuencia.- La secuencia es un texto litúrgico antiquísimo. La Iglesia lo ha guardado como definición de la obra y presencia del Espíritu Santo y es pieza muy importante de esta Misa de Pentecostés. Abramos nuestra alma de par en par para escuchar este himno, uno de los más bellos de la liturgia católica.

3.- Las claves de lo que es Pentecostés las encontraremos en el Evangelio de Juan: Igual que Jesús penetra en el Cenáculo en medio de personas aterradas por el miedo, así aparece hoy Jesús en nuestro corazón. Vamos a dejarle entrar; Él nos trae el amor, la paz, la fortaleza, la luz, la compañía... Y nos ofrece para siempre el Espíritu.

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