jueves, 3 de julio de 2014

Moniciones XIV Domingo del Tiempo Ordinario

Domingo 6 de julio 2014

MONICIÓN DE ENTRADA

Sed todos bienvenidos a la Eucaristía. Jesús de Nazaret nos comunica desde el Evangelio de Mateo cosas notables, muy importantes. Nos muestra Jesús su gozo, ante el Padre, por haber dado su sabiduría a los pequeños, a los humildes. Y recuerda a sus discípulos que el yugo del Maestro es suave y su carga ligera. Nos dice, además, una frase que produce mucho consuelo: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”. Estas palabras suyas han estado muy presentes, durante más de dos mil años, en la realidad de muchos cristianos fatigados y abrumados. Busquemos, pues, a Jesús pues nos ayudará a descansar y a ser más felices. Fiémonos de Jesús que será Él quien nos dé el auténtico descanso. Abrimos pues esta primera eucaristía dominical del mes de julio con alegría, amor y confianza.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- En la primera de las lecturas de hoy, sacada del capítulo 9 de Zacarías, hay un rasgo que llama poderosamente la atención, "la llegada de un rey que cabalga en un asno”. El Señor opta siempre por lo humilde, lo sencillo; no quiere triunfalismos, ni poder, ni grandeza. Tampoco quiere dominar, ni vencer, ni imponer y mucho menos atemorizar, como veremos después en el Evangelio.

S.- El Salmo 144 nos muestra que la definición del Reino de Dios sobre la tierra y su consecución ya eran presentidas en los tiempos de David, en los tiempos que se redactaron los salmos. Y se ve como la justicia de Dios siempre va acompañada de su misericordia. Iba a ser Jesús de Nazaret quien hiciera una declaración total de la existencia del Reino y el Nuevo Testamento lo acredita. Los versículos que proclamamos hoy de este salmo 144 nos comunican esperanza para construir ese reino de paz y de amor.

2.- Pablo de Tarso sigue con su teología de la conversión en los fragmentos de la Carta a los romanos que leemos en estos domingos. Dice San Pablo que si con el Espíritu damos muerte a las obras del cuerpo viviremos. Es la diatriba constante entre lo espiritual y lo corporal. Hemos de tenerlo en cuenta, sin despreciar al cuerpo, pero sin hacerle el centro de todo pues por encima esta nuestro espíritu y Espíritu de Dios.

3.- De este domingo 14 del Tiempo Ordinario al 17 iremos escuchando las parábolas del Reino, procedentes del Evangelio de Mateo. Y en ellas, Jesús nos dice que viene "a traer la paz a las naciones" llegando a cada hombre, sin escatimar esfuerzos, siendo paciente y constante. También quiere que nosotros lleguemos a cada hombre, empezando por los más cercanos, sin importamos lo que cueste; y estas son las armas: tenacidad, entrega, trabajo y sacrificio, apoyados en el desprendimiento y la pobreza. ¡Con que claridad nos lo muestra el evangelio por boca de Jesús! Pero además Jesús nos ofrece su regazo, su refugio, su cercanía en forma de yugo suave y carga ligera para todos los que –como muchos en este tiempo—estamos cansados y agobiados. Él va a aliviarnos.

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