Tiempo Ordinario
Lucas 21, 29-33. Tiempo Ordinario. El mejor camino para afrontar el futuro es aprovechar el momento presente.
Por: Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net
Por: Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 29-33
Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Oración introductoria
Espíritu Santo, te pido el don de ciencia para valorar las cosas humanas en relación a mi último fin y para saber discernir lo que debo hacer en cada momento. En este momento de oración, ayúdame a guardar el silencio necesario para agradarte y escuchar lo que hoy me quieres decir.
Petición
Señor, dame fortaleza, para buscar con constancia la santidad.
Meditación del Papa Benedicto XVI
La Iglesia debe renovar constantemente su compromiso de llevar a Cristo, de prolongar su misión mesiánica para el advenimiento del Reino de justicia, de paz, de libertad y de amor. Transformar al mundo según el proyecto de Dios, con la fuerza renovadora del Evangelio, "para que Dios sea todo en todos" (1Cor 15,28) es tarea del entero Pueblo de Dios.
Es necesario continuar con renovado entusiasmo la obra de evangelización, el anuncio gozoso del Reino de Dios, venido en Cristo en la potencia del Espíritu Santo para conducir a los hombres hacia la verdadera libertad de los hijos de Dios, contra toda forma de esclavitud. Es necesario lanzar las redes del Evangelio en el mar de la historia para conducir a los hombres hacia la tierra de Dios.
"La misión de anunciar la Palabra de Dios es tarea de todos los discípulos de Cristo, como consecuencia de su bautismo". Pero para que se de un decidido compromiso en la evangelización se hace necesario que cada cristiano, así como las comunidades, crean verdaderamente que "la Palabra de Dios es la verdad salvífica de la que cada hombre en cada tiempo tiene necesidad". Si ésta convicción de fe no está profundamente arraigada en nuestra vida no podremos experimentar la pasión y la belleza de anunciarla. (Benedicto XVI, 16 de mayo de 2011)
Reflexión
Nos interesan mucho los pronósticos. Ponemos atención al reporte del clima para saber si saldremos o no al campo. A los aficionados, el de la Liga de fútbol. A los empresarios, el de la Bolsa de valores. ¡Qué previsores! Nos gusta saber todo con antelación para estar preparados.
Jesucristo ya lo había constatado hace 2000 años, cuando no había ni telediarios, no existía el fútbol, ni mucho menos la Bolsa de Valores. Pero los hombres de entonces, ya sabían cuándo se acercaba el verano, porque veían los brotes en los árboles.
Nuestra vida se mueve entre una historia (el pasado) y un proyecto (el futuro). La invitación del Señor es a estar preparados para lo que nos aguarda, con atención a los signos de los tiempos. A aprender de las lecciones del pasado, con optimismo y deseo de superación. Pero, sobre todo, a vivir intensamente el presente, el único instante que tenemos en nuestras manos para construir. No lo podemos perder lamentándonos por los errores del pasado y, menos aún, temiendo lo que puede llegar en el porvenir. El mejor camino para afrontar el futuro es aprovechar el momento presente. Seamos previsores, ¡invirtamos y apostemos hoy por la vida eterna!
Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Oración introductoria
Espíritu Santo, te pido el don de ciencia para valorar las cosas humanas en relación a mi último fin y para saber discernir lo que debo hacer en cada momento. En este momento de oración, ayúdame a guardar el silencio necesario para agradarte y escuchar lo que hoy me quieres decir.
Petición
Señor, dame fortaleza, para buscar con constancia la santidad.
Meditación del Papa Benedicto XVI
La Iglesia debe renovar constantemente su compromiso de llevar a Cristo, de prolongar su misión mesiánica para el advenimiento del Reino de justicia, de paz, de libertad y de amor. Transformar al mundo según el proyecto de Dios, con la fuerza renovadora del Evangelio, "para que Dios sea todo en todos" (1Cor 15,28) es tarea del entero Pueblo de Dios.
Es necesario continuar con renovado entusiasmo la obra de evangelización, el anuncio gozoso del Reino de Dios, venido en Cristo en la potencia del Espíritu Santo para conducir a los hombres hacia la verdadera libertad de los hijos de Dios, contra toda forma de esclavitud. Es necesario lanzar las redes del Evangelio en el mar de la historia para conducir a los hombres hacia la tierra de Dios.
"La misión de anunciar la Palabra de Dios es tarea de todos los discípulos de Cristo, como consecuencia de su bautismo". Pero para que se de un decidido compromiso en la evangelización se hace necesario que cada cristiano, así como las comunidades, crean verdaderamente que "la Palabra de Dios es la verdad salvífica de la que cada hombre en cada tiempo tiene necesidad". Si ésta convicción de fe no está profundamente arraigada en nuestra vida no podremos experimentar la pasión y la belleza de anunciarla. (Benedicto XVI, 16 de mayo de 2011)
Reflexión
Nos interesan mucho los pronósticos. Ponemos atención al reporte del clima para saber si saldremos o no al campo. A los aficionados, el de la Liga de fútbol. A los empresarios, el de la Bolsa de valores. ¡Qué previsores! Nos gusta saber todo con antelación para estar preparados.
Jesucristo ya lo había constatado hace 2000 años, cuando no había ni telediarios, no existía el fútbol, ni mucho menos la Bolsa de Valores. Pero los hombres de entonces, ya sabían cuándo se acercaba el verano, porque veían los brotes en los árboles.
Nuestra vida se mueve entre una historia (el pasado) y un proyecto (el futuro). La invitación del Señor es a estar preparados para lo que nos aguarda, con atención a los signos de los tiempos. A aprender de las lecciones del pasado, con optimismo y deseo de superación. Pero, sobre todo, a vivir intensamente el presente, el único instante que tenemos en nuestras manos para construir. No lo podemos perder lamentándonos por los errores del pasado y, menos aún, temiendo lo que puede llegar en el porvenir. El mejor camino para afrontar el futuro es aprovechar el momento presente. Seamos previsores, ¡invirtamos y apostemos hoy por la vida eterna!
Propósito
El Señor nos advierte: "mis palabras no pasarán", es nuestra responsabilidad no perder más el tiempo, el tiempo es un regalo de Dios de valor incalculable. Utilizarlo de cara a Él, obedeciendo su santa voluntad. He ahí la tarea del cristiano y lo único que puede darnos la felicidad.
El Señor nos advierte: "mis palabras no pasarán", es nuestra responsabilidad no perder más el tiempo, el tiempo es un regalo de Dios de valor incalculable. Utilizarlo de cara a Él, obedeciendo su santa voluntad. He ahí la tarea del cristiano y lo único que puede darnos la felicidad.
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