jueves, 8 de enero de 2015

Evangelio del dia jueves 08 de enero 2015

Jesús en la sinagoga de Nazaret
Navidad
Lucas 4, 14-22. Navidad. Hay que aprender a escuchar a Dios en el silencio de nuestro interior.

Por: Carlos Llaca | Fuente: Catholic.net

Del santo Evangelio según san Lucas 4, 14-22
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. Él iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» 

Oración introductoria
Padre bueno, yo también digo que «el Espíritu del Señor está sobre mí» porque desde mi bautismo me has regalado la gracia de ser morada del Espíritu Santo. Abre mi mente y mi corazón para que esta oración me dé la sabiduría para comprender, vivir y trasmitir tu verdad.
Petición
Espíritu Santo, hazme dócil a todas tus inspiraciones.

Meditación del Papa Francisco
En el Evangelio de Lucas se cuenta como Jesús, en su regreso a Nazaret -lo hemos escuchado esto- donde había crecido, entró en la sinagoga y leyó, refiriéndose a sí mismo, el paso del profeta Isaías donde está escrito: 'El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor'. He aquí como Cristo se ha servido de su humanidad –porque era hombre también- para anunciar y realizar el diseño divino de redención y de salvación, porque era Dios, así debe ser también para la Iglesia. A través de su realidad visible, todo lo que se ve, los sacramentos, el testimonio de todos nosotros cristianos.
La Iglesia está llamada cada día a hacerse cercana y todo hombre, comenzando por el pobre, por el que sufre y por quien es marginado, para continuar haciendo sentir sobre todos la mirada compasiva y misericordiosa de Jesús.(S.S. Francisco, 29 de octubre de 2014).
Reflexión
El Espíritu Santo, el mismo que estuvo presente en el bautismo de Jesús, el mismo que lo llevó al desierto durante cuarenta días y cuarenta noches para orar con su padre y ser tentado por el diablo. ¿Quién es este Espíritu que algunos le llaman el gran desconocido?

La representación más común que le damos es con la figura de paloma o lenguas como de fuego. Pero la tercera persona de la Santísima Trinidad no puede quedarse con tan pocas alabanzas. Es también, fuente viva que sacia nuestra sed de Dios, es fuego que hace arder nuestros corazones, es caridad que conforta nuestra alma cansada, es el dedo de Dios que modela nuestra alma y la transforma en la obra de arte que Dios Padre quiere, es el don del Dios altísimo, es decir, el mejor regalo que pudimos recibir, es el guía de nuestro caminar por este mundo incierto; es, en definitiva, el arquitecto de nuestra santificación y dulce huésped de nuestra alma. ¿Cómo trataríamos a una persona que desde un inicio ganó nuestra simpatía y conquistó nuestra atención?

Pues de la misma forma debe ser tratado nuestro dulce huésped del alma. Con respeto y veneración. Realizando lo que a Él le agrada, pero sobre todo dejándonos transformar por Él. Hay que aprender a escucharlo en el silencio de nuestro interior, permitiendo que sea Él quien nos ilumine en todas nuestras decisiones y no nuestros gustos y conveniencias. "Espíritu Santo sé Tú la luz que guíe mis pasos"

Propósito
No ser indiferente a la inspiración del Espíritu Santo que me impulsa a encontrarme con los demás.

Diálogo con Cristo 
Señor, te pido me des la gracia para guiarme en todo por el Espíritu Santo, que Él me inspire lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres y el cumplimiento de mi misión. No puedo hacer nada sin la inspiración del Espíritu Santo, pongo en manos de María mi esfuerzo consciente y firme por trabajar y cooperar con Él sin límite ni reserva alguna.

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