Tiempo Ordinario
Mateo 7, 1-5 Tiempo Ordinario. Si el juicio de Dios es la misericordia, ¿con qué derecho puedo juzgar a mis hermanos?
Por: Miguel Ángel Andrés Ugalde | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: "Deja que te saque la brizna del ojo", teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
Oración introductoria
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: "Deja que te saque la brizna del ojo", teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
Oración introductoria
Señor,
creo en el poder de la oración. Este tiempo que voy a pasar contigo es
el más importante del día. Conoces lo que hay en mi corazón, sabes de
mis esfuerzos, de mis límites, de mi juicio duro… y de mi deseo de
amarte más. Toma toda mi vida, Dios mío, te la ofrezco en esta oración.
Petición
Dios mío, te pido la gracia para liberarme de la crítica y de juzgar duro a los demás.
Meditación del Papa Francisco
Petición
Dios mío, te pido la gracia para liberarme de la crítica y de juzgar duro a los demás.
Meditación del Papa Francisco
No
se puede corregir a una persona sin amor y sin caridad. No se puede
hacer una intervención quirúrgica sin anestesia: no se puede, porque el
enfermo morirá de dolor. Y la caridad es como una anestesia que ayuda a
recibir la cura y aceptar la corrección. Apartarlo, con mansedumbre, con
amor y hablarle.
En
segundo lugar es necesario no decir algo que no es verdad. Cuántas
veces en nuestras comunidades se dicen cosas una persona de la otra que
no son verdaderas: son calumnias. O si son verdad, se arruina la fama de
esa persona. Por eso los chismorreos hieren, los chismes son bofetadas
al corazón de una persona. Ciertamente, cuando te dicen la verdad no es
bonito escucharla, pero si se dice con caridad y con amor es más fácil
aceptarla. Por tanto, se debe hablar de los defectos de los otros con
caridad.
A
continuación, Francisco ha explicado que el tercer punto es corregir
con humildad. “¡Si debes corregir un defecto pequeño allí, piensa que
los tuyos son mucho más grandes!
La
corrección fraterna es un acto para curar el cuerpo de la Iglesia. Hay
un agujero, ahí, en el tejido de la Iglesia que es necesario coser de
nuevo. Y como las madres y las abuelas, cuando cosen, lo hacen con mucha
delicadeza, así se debe hacer la corrección fraterna. Si no eres capaz
de hacerlo con amor, con caridad, en la verdad y con humildad, se comete
una ofensa, una destrucción del corazón de la persona, se hace un
chismorreo más, que hiere y te convierte en un ciego hipócrita, como
dice Jesús. ‘Hipócrita; quita primero la viga de tu ojo…’ ¡Hipócrita!
Reconoce que eres más pecador que el otro, pero que tú, como hermano
debes ayudara corregir al otro. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 12 de
septiembre de 2014, en Santa Marta).
ReflexiónEl día de hoy Cristo quiere ayudar a sacarnos la viga del ojo. Y lo hace de una manera muy sencilla: No juzguéis al modo humano, ojo por ojo, diente por diente, sino más bien como él nos enseñó en el Calvario. Perdonando a todos sin excepción.
No juzga a los soldados que lo han golpeado, se han burlado de él y lo han crucificado. Dice: Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen. Tenía razones para decir lo contrario, sin embargo, sabe encontrar una disculpa: hacen esto, porque no me conocen.
Después, podría haber reclamado a san Juan, que se acercaba a la cruz, su cobardía -le había abandonado-, su amistad tan débil -no había podido rezar con él cuando lo necesitaba-, etc. Pero en todo eso no ve malicia, sino debilidad humana y muestra de ello es que no reclama, sino que se apiada de su flaqueza y le entrega a su madre.
Al final dice: con el juicio con que juzguéis seréis juzgados. Cristo nos enseña a usar con los demás la medida con la que a nosotros nos gustaría que nos midieran.
¿Quién puede juzgar sino sólo Dios? Y si el juicio de Dios es la misericordia, ¿con qué derecho puedo juzgar a mis hermanos?
Propósito
Seré magnánimo hacia los demás, buscando ver el lado bueno de todos y de todo.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, ¿qué hacer para transformar mis criterios, de manera que el Evangelio impregne todos mis juicios? Porque la crítica malsana sigue siendo el pasatiempo de moda, el medio para torpemente pretender ser mejor que otros. Ayúdame a que esta oración me ayude a nunca acostumbrarme a mis faltas y debilidades, porque Tú no me quieres mediocre, sino santo.
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