Pascua
Juan
16,23-28. Pascua. Dios Padre, que nos amó desde antes de la creación
del mundo, piensa en nosotros en cada instante, sin disminuir nunca su
amor.
Por: José Jonathan Martínez Ruiz | Fuente: Catholic.net
Por: José Jonathan Martínez Ruiz | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según San Juan 16,23-28
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa. Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que ya nos hablaré en parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente. En aquél día pedirán en mi nombre y no les digo que rogaré por ustedes al Padre, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre.
Oración Introductoria
Padre Santo, de tal manera nos amas, que no dudaste en entregar a tu Hijo único, para que muriera por nuestros pecados. Yo también quiero amarte con ese corazón con el que Tú me amas.
Petición
Padre bueno, Tú que conoces el corazón del hombre, porque lo amas, haz que yo también pueda conocer tu amoroso Corazón, durante mis actividades. Concédeme ver tu mano en mi vida.
Meditación del Papa Francisco
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa. Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que ya nos hablaré en parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente. En aquél día pedirán en mi nombre y no les digo que rogaré por ustedes al Padre, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre.
Oración Introductoria
Padre Santo, de tal manera nos amas, que no dudaste en entregar a tu Hijo único, para que muriera por nuestros pecados. Yo también quiero amarte con ese corazón con el que Tú me amas.
Petición
Padre bueno, Tú que conoces el corazón del hombre, porque lo amas, haz que yo también pueda conocer tu amoroso Corazón, durante mis actividades. Concédeme ver tu mano en mi vida.
Meditación del Papa Francisco
La
audacia es una gracia. El coraje. San Pablo decía dos grandes actitudes
que tiene que tener el cristiano para predicar a Jesucristo. El coraje,
el ánimo de ir adelante y el aguante de soportar el peso del trabajo.
Ahora es curioso. Esto que se da en la vida apostólica debe darse en la
oración también. O sea una oración sin coraje es una oración “chirle”,
que no sirve.
Acordémonos
de Abrahán cuando, como buen judío, le regatea a Dios. Que si son 45,
que si son 40, que si son 30, que si son 20. O sea es “caradura”. Él
tiene coraje en la oración.
Acordémonos
de Moisés cuando Dios le dice “mira a este pueblo yo no lo aguanto más,
lo voy a destruir, pero quédate tranquilo que a vos te voy a hacer
líder de otro pueblo mejor”.
“No,
no, si borras a este pueblo, me borras a mí también”. ¡Ánimo! En la
oración con coraje. Rezar con coraje. “Todo lo que ustedes pidan en mi
nombre, si lo piden con fe, y creen que lo tienen, ya lo tienen”. ¿Quién
reza así? ¡Somos flojos! El coraje, ¿no? Y después el aguante. Aguantar
las contradicciones. Aguantar los fracasos en la vida. Los dolores, las
enfermedades, no sé, las situaciones duras de la vida. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 25 de octubre de 2014).
Reflexión
Todos hemos experimentado el amor de nuestros papás. Nos hemos identificado con el amor que nos han tenido desde nuestro nacimiento. Pero Dios Padre, que nos amó desde antes de la creación del mundo y desde antes de que viniéramos al mundo, es un Padre afectuoso, que piensa en nosotros en cada instante, sin disminuir nunca su amor. Nos creó por amor, nos redimió por amor, y nos santifica, porque quiere vernos a su lado.
Todos hemos experimentado el amor de nuestros papás. Nos hemos identificado con el amor que nos han tenido desde nuestro nacimiento. Pero Dios Padre, que nos amó desde antes de la creación del mundo y desde antes de que viniéramos al mundo, es un Padre afectuoso, que piensa en nosotros en cada instante, sin disminuir nunca su amor. Nos creó por amor, nos redimió por amor, y nos santifica, porque quiere vernos a su lado.
Propósito
Hoy hablaré del amor de Dios Padre con mis familiares, haciéndoles ver su mano providencial en nuestras vidas.
Diálogo con Cristo
Padre Santo, sé que no puedo amarte de la misma forma con que Tú me has amado, porque has llegado a la donación de tu Hijo Amado, pero quiero agradecerte por el gran don que nos has hecho en tu Hijo único, pues con Él hemos vuelto a ocupar un lugar en tu Divino Corazón.
Hoy hablaré del amor de Dios Padre con mis familiares, haciéndoles ver su mano providencial en nuestras vidas.
Diálogo con Cristo
Padre Santo, sé que no puedo amarte de la misma forma con que Tú me has amado, porque has llegado a la donación de tu Hijo Amado, pero quiero agradecerte por el gran don que nos has hecho en tu Hijo único, pues con Él hemos vuelto a ocupar un lugar en tu Divino Corazón.
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