LIII Papa y Mártir, Mayo 18
Fuente: EWTN.com
Fuente: EWTN.com
LIII Papa y Mártir
Era
italiano, de Toscana. En 523 fue elegido Sumo Pontífice. En Italia
gobernaba el rey Teodorico que apoyaba la herejía de los arrianos. Y
sucedió que el emperador Justino de Constantinopla decretó cerrar todos
los templos de los arrianos de esa ciudad y prohibió que los que
pertenecían a la herejía arriana ocuparan empleos públicos (los arrianos
niegan que Jesucristo es Dios y esto es algo muy grave y contrario a la
religión Católica). El rey Teodorico obligó entonces al Papa a que
fuera a Constantinopla y tratar de obtener que el emperador Justino
quitara las leyes que habían dado contra los arrianos. Pero Juan no
tenía ningún interés en que apoyaran a los herejes. Y así lo comprendió
la gente de esa gran ciudad.
Más de 15,000 fieles salieron en Constantinopla a recibir al Papa Juan, con velas encendidas en las manos, y estandartes. Y lo hicieron presidir muy solemnemente las fiestas de Navidad. Y claro está que el emperador Justino, aunque les devolvió algunas iglesias a los arrianos, no permitió que ninguno de estos herejes ocupara puestos públicos.
Y Teodorico se encendió en furiosa rabia, y al llegar el Santo Padre a Ravena (la ciudad donde el rey vivía) lo hizo encarcelar y fueron tan crueles los malos tratos que en la cárcel recibió, que al poco tiempo murió. Junto con el Papa fueron martirizados también sus dos grandes consejeros, Boecio y Símaco.
Y dicen los historiadores que el rey Teodorico sintió tan grande remordimiento por haber hecho morir a San Juan Primero, que en adelante lo veía hasta en los pescados que le servían en el almuerzo.
Más de 15,000 fieles salieron en Constantinopla a recibir al Papa Juan, con velas encendidas en las manos, y estandartes. Y lo hicieron presidir muy solemnemente las fiestas de Navidad. Y claro está que el emperador Justino, aunque les devolvió algunas iglesias a los arrianos, no permitió que ninguno de estos herejes ocupara puestos públicos.
Y Teodorico se encendió en furiosa rabia, y al llegar el Santo Padre a Ravena (la ciudad donde el rey vivía) lo hizo encarcelar y fueron tan crueles los malos tratos que en la cárcel recibió, que al poco tiempo murió. Junto con el Papa fueron martirizados también sus dos grandes consejeros, Boecio y Símaco.
Y dicen los historiadores que el rey Teodorico sintió tan grande remordimiento por haber hecho morir a San Juan Primero, que en adelante lo veía hasta en los pescados que le servían en el almuerzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario